SETENTA AÑOS
Setenta
años con el maestro del pueblo, codo con codo, y no ha aprendido ni a leer ni a
sumar. Setenta años junto al alcalde que intentó cambiar esas leyes que nunca
tenían en cuenta a los que eran como él. Setenta años sin poder besar esa foto,
guardada junto al pecho, en la que su mujer sonríe ilusionada. Setenta años
para abandonar ese montón de hierbajos y arena, abonados de odio y rencor.
Setenta años para que ese hijo, al que nunca conoció, por fin le lleve flores y
le cuente todo lo que él no pudo conocer.
uf, qué tristeza. Un abrazo
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