Violeta solo tenía veinticinco años y ya estaba harta de los continuos desengaños, que habían conseguido que viviera en un sinfín de días grises. Cuando conoció a Bruno supo que él le pondría color a su vida. Enseguida pasó del verde de la ilusión al rojo de la pasión, para acabar en el blanco de su traje de boda. Pero bastaron unos meses juntos para ver su felicidad difuminada en un triste marrón oscuro. Ayer la encontraron tirada en el baño rodeada de pastillas amarillas y azules. Hoy son el negro, los rezos y llantos los que la acompañan.
P.D. Si te gustan los microrrelatos eróticos, no te pierdas la última entrada de mi otro blog: "Deseos a punto de explotar"