martes, 20 de septiembre de 2016

Sanguijuelas


De madrugada se reparten al azar, muletas, cojeras, cabestrillos, cartones repletos de faltas de ortografía y cojines para las nuevas embarazadas. Durante el día hay quienes mendigan vagando por la calle, algunos limpian cristales de coche en los semáforos, otros los bolsillos de los más despistados. Por la noche se despojan de sus utensilios, los guardan con mimo y se acercan en fila hasta su compatriota, el trajeado. Entonces le entregan toda la calderilla recaudada y él les devuelve una mínima parte. Ellos, sin rechistar, se marchan a dormir hasta que unos manotazos les despierten para comenzar de nuevo.


martes, 13 de septiembre de 2016

Proyectos frustrados


Cada mañana, al levantarse, se dirige a su despacho y abre el cajón donde se acumulan decenas de pagarés que ya jamás cobrará. Junto a ellos se apolillan los planos de urbanizaciones, polideportivos y edificios, todos con su rúbrica, que o se quedaron a medias o nunca pudo comenzar. Regresa al dormitorio y la ve dormir. Entonces piensa en su relación, legalizada por papeles y firmas, ratificada por “en la salud y en la enfermedad”, “hasta que la muerte os separe” y un solemne “sí quiero”. Después sale al patio y teclea en el móvil el teléfono de Alicia.


lunes, 5 de septiembre de 2016

Soledad

Esto más que un microrrelato, es un homenaje. Para ti.


“Soledad, es tan tierna como la amapola, que vivió siempre en el trigo sola,…” Mi tío arrancaba con las primeras estrofas y los demás esperábamos al estribillo para acompañarle: “Pero yo la quiero así distinta, porque es sincera, es natural como el agua que llega, corriendo alegre desde el manantial,…” 
Era el contrapunto nostálgico a la alegría que desbordaba nuestras celebraciones familiares. Hoy, pasados los años, y cuando más feliz estoy, vuelvo a tararear la canción y a recordarle: “…tan bella como una paloma y tan clara como el sol que asoma, por entre los matorrales, ay mi Soledad”



Los otros caminos

Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda  #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...