Nunca había pisado un laboratorio, ni se había puesto una de esas batas blancas que usan los que allí trabajan. Jamás le importó qué quería decir que su concentración fuese 12 molar, o su riqueza del 38% en peso. Desconocía qué era el pH, y tampoco sabía que servía para disolver metales, formar sales, desprender hidrógeno... Y sin embargo aquella mañana lo utilizó como el mejor de los químicos. Masticando el odio acumulado durante los últimos meses se quedó observando cómo se fundía aquel rostro que tantas veces había acariciado, seguro de que esa marca la acompañaría para siempre.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
lunes, 17 de marzo de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Cada oveja con su pareja
Con esta historia participo en el concurso de Zenda #HistoriasdeAnimales CADA OVEJA CON SU PAREJA Al principio las mariposas siempre rev...

-
Esta entrada es mi propuesta para el reto de noviembre de Esta noche te cuento . Esta vez se trataba de inventar una palabra y yo he tom...
-
Con esta historia participo en el concurso de Zenda #HistoriasdeAnimales CADA OVEJA CON SU PAREJA Al principio las mariposas siempre rev...
-
En este enlace puedes comprar mi nuevo libro "El náufrago que bebía whisky" Día 450: "Insomne" (un microrrelato al d...