(La foto está tomada en la Plaza Mayor)
Daniela aplaudió emocionada al terminar Bob Esponja su espectáculo. A partir de ese momento el mimo aprovechaba las súplicas de los niños para vender a sus mamás un globo con el muñeco pintado. La niña se acercó y cuando Bob vio su rostro ilusionado le regaló uno. Daniela se marchó feliz al igual que la madre que, acuciada por la situación económica que vivía la familia, agradeció en silencio el detalle. En la plaza Manuel se cambió de ropa a toda prisa para llegar cuanto antes a casa. Sabía que al menos hoy, sí encontraría allí algo de felicidad.