Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
viernes, 11 de diciembre de 2015
lunes, 28 de septiembre de 2015
martes, 1 de septiembre de 2015
martes, 21 de julio de 2015
sábado, 13 de junio de 2015
Visitas no deseadas
Desde que el tío Jero, el patriarca, ha ingresado en el hospital, el desfile no cesa. Hijos, sobrinos, nietos, y conocidos del barrio abarrotan la sala de espera. En su habitación está Luis, un anciano que hoy, tras un mes operado, ha recibido la segunda visita de su familia. Esta vez tampoco han estado mucho tiempo porque no soportaban el jaleo de los vecinos. Antes de marcharse han puesto una queja en atención al paciente alegando que esas no son condiciones idóneas para recuperarse un enfermo. Luis sigue rezando cada noche para que las molestias de Jero no remitan.
miércoles, 27 de mayo de 2015
La llamada de las nueve
Desde que Dolores se fue, su única compañía era
el trabajo. Hace medio año tuvo que jubilarse y el miedo a morir solo comenzó
a angustiarle. Entonces convenció a Antonio, un antiguo compañero, para que le telefoneara
a diario; siempre a las nueve. Dejaba que sonara, descolgaba y volvía a colgar. Con eso era suficiente.
Anoche no sonó. Al comprobar que había línea los temblores y la asfixia le impidieron dormir. Hoy ha sabido que
Antonio había fallecido. Un dolor agudo en el pecho le ha paralizado cuando, a
las nueve en punto, el teléfono ha vuelto a sonar.
miércoles, 20 de mayo de 2015
Mi madre se llamaba Carmen
Mi madre era la única del barrio que tenía todos los nombres imaginables: Tatiana, Olga, Anastasia… lo que me convertía en la envidia del colegio. Por eso no acallaba los rumores que la tachaban de ser una espía enviada por los rusos para salvarnos de Franco. Los padres de mis amigos la devoraban con los ojos, mientras que las madres sabían que aunque era alta, de piel clara, y pómulos prominentes, sus secretos no eran políticos. Jamás olvidaré sus besos al estilo ruso. Esos que me daba cada noche, antes de marcharse a trabajar, diciendo que eran solo míos.
lunes, 9 de febrero de 2015
lunes, 2 de febrero de 2015
Hechizado
Nació un domingo de noviembre y algunos de los que asistieron al parto contaban a escondidas que asustaba de feo. Le bautizaron como Carlos. Una alteración cromosómica le dejó con infertilidad, disfunción testicular, hipogenitalismo… Su padre se llamaba Felipe. Escoliosis, bronquitis y diabetes le acompañarían para siempre. Su madre se llamaba Mariana. En la época en que nació los niños débiles de salud tenían poco futuro, pero a él le amamantaron catorce amas de cría distintas hasta los cuatro años. Justo a esa edad le pusieron un dos en números romanos, detrás de su nombre, y le nombraron rey.
lunes, 26 de enero de 2015
Último deseo
Cuando escucha esa voz enérgica, dirigiéndose a él, los recuerdos se le amontonan: las noches de Reyes en vela para ser el primero en comprobar si le habían traído lo que había pedido; aquellas Nocheviejas en las que suplicaba que el año entrante fuera benévolo para que su familia recolectara lo suficiente para subsistir otro año; las madrugadas compitiendo con las estrellas fugaces para que su compañera de clase se fijara en él… Todos esos momentos desaparecen cuando esa voz le devuelve a la realidad. Entonces decide cambiar su deseo por un escupitajo hacia los fusiles que le apuntan.
lunes, 19 de enero de 2015
Días de hambre
Tumbada en la cama escucha cómo los sollozos interminables de su vecina, recordando a sus hijos muertos en el frente, se confunden con el rugido de sus tripas, como tuberías llenas de aire. Hasta hace poco también oía maullar a su gata, pero ya no la siente por casa. Aunque cree que lleva escuchando los mismos sonidos durante días, debe estar equivocada porque su habitación continúa a oscuras. El hambre la corroe y por enésima vez le grita a su madre si ya puede levantarse. Mamá siempre responde lo mismo: “duerme un poco más hija, aún es de noche”.
miércoles, 7 de enero de 2015
jueves, 1 de enero de 2015
El poder de la comunicación
Harto de que en su relación la cama solo sirviera para dormir, Marcial encontró en la radio a la sustituta perfecta. No calmaba sus instintos libidinosos, pero al menos le relajaba. Cada noche se dormía, acariciándola bajo la almohada, mientras Laura descansaba.
Ella le dejó hacer pero anoche, en cuanto le oyó encenderla, fue a por Marcial vestida con su perfume favorito. Él, hinchado de deseo, comenzó a explorar aquellas curvas tan añoradas hasta que, con rapidez pasmosa, ella le quitó la radio y dio media vuelta. Cuentan que hacía años que Laura no disfrutó tanto en la cama.
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