FINAL INFELIZ
Sueña
que pisa a fondo el acelerador de un Ford Thunderbird del 66. Que a su lado
está ella, de copiloto, regalándole una sonrisa cómplice. Que son dueñas de su
destino y capaces de derribar esta sociedad injusta y violenta con las mujeres.
Al despertar, lamenta lo traicioneros que son los
sueños. Intenta avanzar, pero no consigue mover la silla. Suplica ayuda al
cuidador y cuando se acerca ve reflejado en él el rostro sádico de su marido y
el del juez machista que lo absolvió. Sabe que para siempre será solo una
víctima; determinadas historias jamás tienen un desenlace feliz.
Brutal. Ni Thelma, ni Louise.
ResponderEliminarUn abrazo