En el acto
Temblamos al unísono cuando descorrieron el cerrojo, y caminamos aterrorizados hacia nuestro destino. Él se sentó en la silla que tenían preparada para la ocasión, yo permanecí de pie expectante. Nuestros cuerpos comenzaron a tiritar de miedo a la espera de la orden definitiva y ni tan siquiera hicimos intento de mirarnos durante aquellos últimos segundos. Él, entre sollozos, comenzó a rezar suplicando ayuda y yo, intentando disimular, pedí que me mandara valor. Ambos lo hicimos al mismo Dios, pero solo uno fue correspondido. Para mí aquella fue la primera vez de muchas, para él la primera y última.
Esta historia quedó fuera de la selección de "Diluvio personal". Si deseas tener las historias seleccionadas para mi nuevo libro puedes venir a la presentación que se hará el próximo viernes en Madrid a las 19.00 h en @elolordelalluvia_libreria (calle de las Maldonadas, 6)
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Pues a mí me ha gustao este post
ResponderEliminarUn abrazo