Asustado por las noticias desenchufó la televisión, abandonó radio y periódicos. O el mundo estaba del revés, o él vivía cabeza abajo. Se hizo trapecista y tras infinidad de giros, saltos y tirabuzones, todo siguió negro. Se metió a astronauta, experimentó la ausencia de gravedad y el movimiento caótico, sin mejora. Paracaidista, hombre bala, probador de atracciones, todo fracasó. Ya no sale de casa y solo le motiva meterse en la lavadora y pulsar la tecla de inicio. Ha probado los programas rápido, eco y normal, pero tras decenas de vueltas sigue sin ver el mundo a su manera.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
viernes, 27 de octubre de 2017
Cabeza abajo
Asustado por las noticias desenchufó la televisión, abandonó radio y periódicos. O el mundo estaba del revés, o él vivía cabeza abajo. Se hizo trapecista y tras infinidad de giros, saltos y tirabuzones, todo siguió negro. Se metió a astronauta, experimentó la ausencia de gravedad y el movimiento caótico, sin mejora. Paracaidista, hombre bala, probador de atracciones, todo fracasó. Ya no sale de casa y solo le motiva meterse en la lavadora y pulsar la tecla de inicio. Ha probado los programas rápido, eco y normal, pero tras decenas de vueltas sigue sin ver el mundo a su manera.
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Pobre hombre. Igual hay un programa de lavado en el que su arte sea para aplaudir
ResponderEliminarUn abrazo
Mucho esfuerzo para seguir siendo él mismo. ¿Por qué pretender cambiarse?
ResponderEliminarSaludos,
J.