Las alas de plástico que le regalaron en la catequesis servían para volar, comulgar pasaportaba al cielo y la confesión diluía los pecados. Cada domingo acudía a misa, vestido como un ángel; cada mañana, al levantarse se persignaba y besaba la estampita con la que dormía. Creció con la ilusión de conocer al Señor, hasta que su guía espiritual le enseñó caminos desconocidos para alcanzarlo y sus sueños desaparecieron. Hoy, cada madrugada, antes de que Madrid despierte, se dirige al Retiro. Allí se desnuda, se embadurna de pintura y sube a un pedestal para que los curiosos lo fotografíen.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los otros caminos
Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...
-
Esta entrada es mi propuesta para el reto de noviembre de Esta noche te cuento . Esta vez se trataba de inventar una palabra y yo he tom...
Durísimo post. Así desnudo, a la vista de todos. Desnudo ante el mar.
ResponderEliminarUn abrazo
Misteriosos y oscuros, son los caminos del...
ResponderEliminarSaludos,
J.