RETRATADA
Entra en casa y marcha directa al baño. Se lava los dientes y enjuaga su boca varias veces para desterrar cualquier resto del beso que acaba de robarle su mejor amiga. Piensa en el vecino de rellano y comienza a bosquejarlo: pelo, nariz, ojos, cuerpo… Según le dibuja empieza a excitarse pero, de repente, se detiene y ve que el pecho del retrato es demasiado abultado para ser un chico. Observa el rostro y comprueba que no es el vecino. Arroja la pluma y, mientras acaricia sus labios, toma el teléfono. En la cara se perfila su mejor sonrisa.
Imagen de Alexandra Haynak en Pixabay
No hay comentarios:
Publicar un comentario