Su pasión por conocer mundo hace que siempre se cuele en coches, trenes, autobuses,… cualquier medio de transporte es válido. Su carácter inquieto, e incluso molesto, provoca que no sea bien recibida como compañera de ruta. Pero no importa solo quiere viajar sin importar el dónde o el cómo. Si tiene que elegir, prefiere las excursiones del Imserso donde siempre es la primera cuando se abren las puertas. Hoy un descuido fatal la ha llevado a un autocar de escolares donde, desacostumbrada a la agilidad manual de sus ocupantes, su zumbido y sus ansias turísticas han muerto al instante.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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Es que la vitalidad infantil destroza cualquier deseo de viajar.
ResponderEliminarHay un hotel que no admite niños. Por algo se habrá hecho. Son vida, nos dicen, y ruidos miles, se olvidan de advertir.
En serio, buen post. Un abrazo
Pobre guía turística, pero el tiempo pasa.
ResponderEliminarSaludos,
J.