Con esta historia participo en la Primavera de Microrrelatos Indignados,
que en esta ocasión trata sobre los refugiados.
FRÍO
En la sala de espera el reloj sigue congelado en las doce y la pantalla escupe nuevas citas alfanuméricas. Nasser está cansado de escuchar lo calurosa que está siendo esta primavera, pero las miradas de los demás pacientes le transmiten demasiado frío. Él, que se vio obligado a abandonar su país, y sobrevivió a un naufragio, no soporta que ahora le llamen aprovechado. No tiene donde volver así que se refugia en sus recuerdos. Solo desea volver a andar. Quizás hasta puedan extirparle los fantasmas que cada noche, mirándole a los ojos, le recuerdan las bombas y las ejecuciones.
¡Las abuelas! y las madres. ¿Dónde están las nuestras que no nos tiran de las orejas?
ResponderEliminarLos sobrevivientes muchas veces siente vergüenza por haberlo conseguido, son esas miradas las que también matas.