viernes, 8 de marzo de 2013

La primera vez


Siempre invitaba a los críos más guapos para escuchar junto a él los partidos y las radionovelas. Nunca faltábamos ninguno a la cita pero el día de la final los otros chicos estaban castigados, y a las chicas no les apetecía ver fútbol. 
Mis recuerdos se emborronan entre el vino de consagrar, para espantar el frío, y la lucha de los jugadores contra aquellos rusos con rabo y cuernos. Sin embargo jamás olvidaré el gol de Marcelino; no porque por primera vez fuimos campeones, sino porque aquel día don Tomás quiso demostrarme lo que él entendía como amor fraternal.


5 comentarios:

  1. Miguel, un relato que mezcla ternura, historia y una depravación que es la que uno se lleva con ese final.

    Los abusos a menores deberían estar más castigados de lo que están, y la iglesia no taparlos como lo han hecho. Es un crimen.

    Un abrazo.

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  2. Muy actual tu relato Miguel. Como dice Nicolás, demasiado callado ese abuso a los menores por la iglesia, ¡es espeluznte!! Me ha gustado mucho tu relato, dice mucho, puedes imaginar muchas vidas a la vez.
    Besicos muchos.

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  3. Un micro que es como una puñalada a la memoria colectiva, Miguel; a la complicidad que supone el silencio, al sometimiento al poder que -por suerte- se ha ido evaporando. Sólo espero que -para ellos- sea verdad aquello que profesan para que paguen en algún momento; aunque -por razon de mi falta de fe- prefiero la justicia terrenal.

    Un abrazo,

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  4. Wow. En verdad me impacto el final. Es impresionante lo que se puede lograr con tan pocas palabras!

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  5. he elegido este para comentarte por ser el primero

    tienes mucho arte, aunque supongo que ya te lo han dicho

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