viernes, 14 de enero de 2011

Vuelo libre

La joven sirvienta de la calle de la Bolsa caminaba pausadamente por Mayor. Al llegar al cruce con Bailén giró y vio aquella inmensa mole de hierros esperando su decisión.

Se acabaron las broncas de los señores; su novio del alma, aquel que le prometió amor eterno, ya podía disfrutar de la otra sin temor alguno. Avanzó unos pasos más y se asomó. Observó los interminables tejados de ese Madrid que no supo quererla y comprendió que no había marcha atrás, por una vez sería aquí la primera en algo.

Un segundo después se sintió libre como un pájaro.


NOTA.- Si no eres de Madrid es posible que no entiendas esta historia por lo que te dejo este enlace a mi otro blog por si te ayuda en algo.

5 comentarios:

  1. Puente cubierto de cristales para evitar precisamente lo que Miguel cuenta.
    Una pena, por otra parte, porque el puente desde el puente y con los cristales pierde parte de su fuerza, de su belleza.
    Un abrazo.

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  2. Lo que pasa Luisa es que es un relato de época, no de ahora, y por eso la sirvienta pudo tirarse libre como un pájaro y no enjaulada como sería hoy día.
    Un abrazo Miguel, tiene mucha ternura, pese a todo

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  3. Luisa, Anita pues parece que lo de los cristales ha funcionado. Hace bastante tiempo que no se escucha ninguna noticia desagradable sobre el Viaducto.

    Saludos

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  4. Ahora, se buscan otros metodos. Si no has acabado de pagar la hipoteca no te dejan suicidarte.

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  5. Temujin siempre poniendo el dedo en la llaga. Con la hipoteca te tienen cogido de allí mismo para los restos.

    Saludos

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