Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda
#HistoriasdelCamino
Los
otros caminos
Cuando reservé
el autobús para ir hasta Vilalba no pensaba en nada religioso, tan solo quería disfrutar
de la experiencia. Tras el accidente, todo cambió. Pensé que debía intentar
algo; quería tener un motivo para pedirle al Santo por mi salud y así lo hice. Para
mi primer Camino elegí la ruta del norte. Después probé el primitivo, el inglés
desde Ferrol, el de invierno y el francés. También he hecho el portugués, el
sanabrés, el de Fisterra y Muxía...
Siempre
se dice que en él se experimenta una gran emoción; no solo por llegar a la
Catedral y abrazar al Apóstol, sino por la gente que conoces en el trayecto.
Sin embargo, no sé cómo es eso de dormir en el primer lugar techado que
encuentres; jamás me he mojado ni he recorrido decenas de kilómetros con los
pies llenos de ampollas. Mis botas de senderismo siguen sin estrenar, la ropa
deportiva con las etiquetas puestas y las mochilas vacías. Para mis recorridos me
conformo con la cama en la que vegeto desde que volcó aquel autobús y dirigir
el ordenador con la mirada para visitar esas webs que permiten que gente como
yo podamos cumplir nuestros sueños de otra manera.
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