Tictac, tictac,… Implacable, el reloj comienza la cuenta atrás. El tiempo se agota y el fármaco capaz de romper el quebradizo hilo que separa la vida de la muerte no llega. Aunque sabe que no hay marcha atrás David espera impaciente e implora por seguir vivo unos días más. A última hora de la tarde se confirma, no va a llegar, el pentotal sódico está agotado. El ambiente general de decepción y derrota contrasta con la alegría reflejada tanto en la cara de David como en la de sus familiares. Aún no está todo perdido, la muerte puede esperar.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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Terrible pena de muerte, esperemos que con este aplazamiento consiga la condonación de la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarGenial Miguel. Reconozco que Maite me ayudó un poco.
ResponderEliminarUn abrazo.
No veo una forma más cruel de morir.
ResponderEliminarUna brazo, Miguel
No me gustaria saber la hora de mi muerte, eso ahora, si las circunstancias cambiasen...
ResponderEliminarOjalá algún día podramos decir que se ha borrado de la faz de la tierra semejante barbarie.
ResponderEliminarMuy bueno Miguel.
He tenido que buscar qué era el pentotal sódico, la primera lectura sin saberlo resultaba muy distinta. Está genial Miguel! Y también genial que no llegara el pentotal esperemos que se agote para siempre
ResponderEliminarUn abrazo
Maite al menos aún le queda la esperanza.
ResponderEliminarGracias Torcuato, jugste con ventaja entonces.
Novicia Dalila desde luego es una aberración, pero estamos en el siglo XXI y continúa.
Temujin desde luego si la muerte es así seguro que a ninguno nos gustaría.
Carmela me temo que aún tendrá que pasar bastante tiempo para que desaparezca de todos los páises que aún la mantienen.
Anita Dinamita yo lo he conocido hace poco cuando leí la noticia en la que se basa esta historia. Lo malo es que si sea gote el pentotal usarán otra cosa similar.
Saludos a todos y gracias por vuestra colaboración
Lástima no se acabaran todos los estocs del pentotal ése.
ResponderEliminarSalu2.
Podría hacerse un hilo de secuencias con una justicia lenta e ineficiente al punto de estar incapacitada de realizar lo que ella misma ha dispuesto. La vida y la muerte aguardan juntas la llegada del envío, en tanto alguien se alegra por el retraso del mensajero. Muy bueno.
ResponderEliminarMiguel, vi la noticia en la tele y me pareció ridículo el asunto. No pueden matar a un tipo porque no tienen el anestésico en condiciones ni en stock. Claro, no le vayamos a inyectar algo caducado al reo porque si se nos muere antes de matarlo... Maldita hipocresía que mueve el mundo.
ResponderEliminarLa idea del cuento es muy buena. Y los elementos que utilizas para engañar al lector son efectivos. Quizás falla en el desconocimiento general del lector respecto al pentotal, pero a mí me gustó el intento.
Un abrazo.
Dyhego como ya dije creo que cuando algo se quiere se consigue, y es lo que pasarían en este caso. Si no pueden matarlo así se buscarían cualquier otra excusa.
ResponderEliminarJulio Genissel es curioso que lo que dices. Ellos mismos se ven incapaces de continuar con su macabra acción porque les falta uno de los ingrdientes para hacerlo. Triste paradoja.
Victor lo contaste perfectamente en tu primer párrafo. En cuanto a lo del pentotal quizás podía haberse evitado pero creo que venía bien para darle el significado correcto y los despistados lo pillaran.
Saludos y gracias por vuestros sabios consejos.
Mientras hay vida, hay esperanza, en realidad, todos estamos pendientes de un hilo a punto de romperse, lo peor de todo es ver que lo tienes cerca cuando no lo deseas. Es una salvajada la pena de muerte.
ResponderEliminarUn beso, Miguel.