Tras cuarenta días de infierno las mujeres decidieron continuar sus faenas, los viejos descansar y los niños jugar a morir. Impregnados del olor y sabor de la muerte, perdieron su capacidad de recordar sensaciones antiguas; ya no les asustaban las sirenas, ni el rugido de los aviones vomitando odio, ni las estruendosas explosiones. Después llegó la ceguera, no importaba quién caía sino el sálvese quien pueda, y los cadáveres quedaban abandonados porque nadie quería tocar tan de cerca el final. Al entrar los libertadores a la ciudad no hallaron ni rastro de vida, sólo una multitud de piedras andantes.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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Nunca tiene sentido tanta perdida.
ResponderEliminarLa fotografia es impresionante.
Saludos señor Miguel.
Miguel que duro este post, y lo más triste es que lo narrado es cotidiano en muchos países; sentí dolor de mundo...
ResponderEliminarCoincido con maile en que la fotografía es fuera de serie!!!
Besos brujos
maile realmente no merece la pena
ResponderEliminarAnnie es cierto que estas situaciones que deberían estar ya desterradas siguen produciéndose hoy día.
Saludos y gracias por vuestros comentarios
P.D. Por un error mío hoy también había aparecido publicada otra entrada "Amigo de lo ajeno". Esta entrada la publicaré el próximo lunes.
He leido un reportaje de un poblado de Africa donde todas las mujeres fueron violadas sistemáticamente durante cuatro dias...Huidas por la selva con los niños, las encontraron y las volvieron a violar, mientras los cascos azules de la Onu jugando a las cartas....
ResponderEliminarTremendo alegato contra la guerra.
ResponderEliminarsalu2
El horror de la realidad es tremendo.
ResponderEliminarBueno y muy duro.
Un biquiño
Sigo protestando por la palabreja que nos hacen copiar para poner un comentario. Que conste.
ResponderEliminarMe ha gustado bastante Miguel, de verdad, buen uso del lenguaje.
ResponderEliminarSaludos
Temujin hay cosas que nunca llegaré a comprender. Es increíble lo salvaje que podemos llegar a ser. Saludos
ResponderEliminarDyhego lo malo es que no sirve de nada, pero bueno ahí queda. Salu2
Gracias Carmela, la verdad es que es duro. En cuanto a lo de la palabra me parece que hay una forma de quitarla buscando en configuración, a ver si un día tengo tiempo y lo busco. Besos.
Gracias Baizába, se hace lo que se puede. Saludos
Tiene lo que me gusta:impacto. Más allá de la dureza, te hace reflexionar. Un cordial abrazo.
ResponderEliminarSon terribles las secuelas de una guerra, ojalá nunca se olvidaran y se fueran trasmitiendo de generación en generación para que no se vuelvan a repetir.
ResponderEliminarBesos, Miguel.