Cuando yo era pequeño papá solía morirse dos veces al día. Pasados ya muchos años, aún recuerdo cómo los extraños sucesos acaecidos aquel verano cambiaron drásticamente la relación entre mis padres.
Fue la primera vez que no coincidieron sus vacaciones y así en julio mientras que mamá trabajaba en su turno partido papá se quedaba cuidándome. El detonante fue Carlos, el del quinto, que casualmente aparecía por casa según mamá se marchaba. Nada más llegar entraba con mi padre en la habitación y era entonces cuando entre gritos y gemidos escuchaba a papá exclamar: “Ay Carlos que me muero”
Fue la primera vez que no coincidieron sus vacaciones y así en julio mientras que mamá trabajaba en su turno partido papá se quedaba cuidándome. El detonante fue Carlos, el del quinto, que casualmente aparecía por casa según mamá se marchaba. Nada más llegar entraba con mi padre en la habitación y era entonces cuando entre gritos y gemidos escuchaba a papá exclamar: “Ay Carlos que me muero”
Lo siento, tal vez no sea motivo de ironía, ¡porque vivir engañando y engañado es engañarse a uno mismo!
ResponderEliminarAún así, no he podido por menor que sonreir, tal vez sea que has sabido meterte muy bien en los ojos de un niño, que ven la cosas con inocencia.
¡Feliz viernes!
Miguel
Cuando empecé a leer pensé que tu personaje era como el de Torcuato, definitivamente prefiero esta manera de "morirse" jajajajajajaja
ResponderEliminarSi el marido es infiel con otra mujer vaya y venga, pero para una esposa competir con otro hombre creo que le queda cuesta arriba...
Besos brujos y feliz fin de semana
anapedraza (Miguel) la historia está contada en plan jocoso, o al menos eso intentaba. Pensemos que es sóloficción que bastantes malos rollos hay ya en la vida. Feliz viernes.
ResponderEliminarAnnie tienes razón. Me parece que eso siempre duele más y se hace más costoso admitir. Besos brujos.
Saludos a los dos y gracias por vuestra participación.
Pues al contrario que mi parcerita y que Miguel, yo creo que una ruptura por una infidelidad con alguien del mismo sexo me liberaría de cualquier sentimiento de culpa. En ese caso sería literal que yo no podía darle lo que él necesitaba.
ResponderEliminarUn beso, Miguel.
Visto así no hay duda de que tienes toda la razón. Ese argumento no puede discutirse.
ResponderEliminarSaludos
Me he quedado "acojonao"...
ResponderEliminarMe parece muy divertido, morir de "amor" es placentero, los niños son una delicia, lástima que se hagan, nos hagamos, adultos y perdamos la inocencia, deberíamos conservar siempre algo del niño/a que una vez fuimos.
ResponderEliminarUn beso, Miguel.
Temujin ¿por qué? ¿qué es lo que te hizo sentirse así?
ResponderEliminarIrene puestos a elegir yo también prefiero ese tipo de muerte.
Saludos