miércoles, 27 de junio de 2012

De cóncavo a convexo



Al poco de conocerse Silvia y David decidieron mudarse a un apartamento casi con lo puesto. Para empezar solo necesitaron una nevera, casi siempre vacía, porque les bastaba con estar juntos para alimentarse, una televisión que era su único objeto decorativo porque siempre estaba apagada, y una cama, cuyo colchón enseguida comenzó a combarse por todo el tiempo que pasaban allí acurrucados. 
Hoy, años después, tienen la nevera repleta y la televisión apura sus últimos días de funcionamiento, pero el colchón continúa combado. Allí siguen durmiendo, intentando no hundirse, aunque la curva que dibuja ahora es justo la contraria.


P.D. En esta ocasión la foto no es mía, está tomada de la red.


miércoles, 20 de junio de 2012

Guiris


Cuando aterrizó en España su rostro se iluminó: su cóctel ansiado “sexandsun” estaba más cerca. Inmediatamente fue a la playa buscando que su piel blanquecina y sus tatuajes se aclimatasen al sol de julio. Ocho horas después regresó al hotel y decidió dejar lo del sexo para mañana. Su segundo día fue calcado al anterior. Y el tercero, y el cuarto,… Al finalizar sus vacaciones no pagó la cuenta del hotel: había desaparecido. Cuentan que desde que se esfumó, un cangrejo no autóctono, de extrañas manchas negras, recorre las playas desabrochando con sus pinzas los bikinis de las turistas. 



martes, 12 de junio de 2012

Ni de milagro


Aquella tarde regresó al cementerio entristecido, nada había cambiado. Sus hijos seguían disfrutando sus vidas como si nada, y su mujer seguía acostándose con todos sus amigos. Además, su jefe le había sustituido por un mulato, cuyas capacidades intelectuales eran inversamente proporcionales a sus encantos sexuales, su equipo había bajado a Segunda y el buzón estaba atestado de cartas con amenazas de embargo. Por eso cuando llegó al cementerio sin dudarlo se metió en su ataúd. Era mejor que Jesús siguiera gozando del privilegio de poder resucitar a los tres días. Él prefería estar muerto antes que vivir mortificado. 


P.D. La foto está tomada en la Sacramental de Santa María (Madrid). Para ver más fotos de este cementerio puedes pinchar en este enlace. y verás la entrada que sobre él hice hace un tiempo.



martes, 5 de junio de 2012

El orador



Al comenzar sus charlas un silencio expectante se impone a su alrededor, pero unos segundos después aparecen las primeras sonrisas burlonas. Quizás no le ayude mucho ese traje raído, que le queda dos tallas grande, ni sus barbas a lo Valle-Inclán. Cuando termina su perorata ya nadie aplaude ni le aguardan para que les amplíe detalles sobre lo contado. Se esfumaron aquellos años en los que sus alumnos se peleaban por estar en primera fila para escucharle. Hoy tumbado en un banco de la plaza, apura un cartón de vino esperando a que la inspiración le asalte de nuevo.


jueves, 17 de mayo de 2012

El negocio del amor



Al despertar vio con alegría que ella seguía allí dormida. Nunca había creído en las relaciones en las que el dinero estaba por medio, pero esta vez había sido distinto. Se vistió y se sentó en la cama sin saber si debía despertarla. La olió, la besó en la mejilla y decidió dejarle una tarjeta suya con estas palabras: “que la próxima vez no sea el dinero el que nos una”. Dejó los 200€ en la mesilla y se marchó. Esa mañana retiró todos sus anuncios de las secciones de contactos. Desde entonces espera, como un quinceañero, su llamada.

P.D. La foto está tomada en el Parque de la Fuente del Berro (Madrid). el que quiera saber más sobre este parque pueda pinchar en este enlace.



lunes, 7 de mayo de 2012

Extranjero



Aunque han pasado muchos años, hay cosas que el tiempo no cambia. Sí lo ha hecho el equipaje que le acompaña: cuando llegó a ese país en el que no entendía ni los buenos días llevaba dos bolsas, y hoy vuelve con varias maletas. También se ha transformado su barrio de siempre: los bares de antaño ahora son locales de comida rápida, la churrería una tienda de chinos y el ultramarinos un sex-shop. Pero lo que no ha cambiado es lo que más le duele. Veinte años después vuelve a sentirse extranjero, pero esta vez en su propio país.



P.D. Aunque no tiene relación con este microrrelato, la foto está tomada de esta entrada de mi otro blog sobre los fotógrafos minuteros.



jueves, 3 de mayo de 2012

Juguetes

La foto está tomada en la Plaza del Carmen (Madrid). En el mural puede leerse una frase de Enrique Tierno: "La paz no se consigue sin esfuerzo. si quieres la paz, trabaja por la paz"

Se entrenaban para estar muertos. Eso era lo que pensaba al observar cómo aquellos muchachos se instruían para entrar en combate. Desde la ventana de mi cuarto les veía vociferar al unísono lemas patrióticos y canciones bélicas mientras preparaban sus fusiles. Era la única forma que conocían de espantar al miedo.
Habría querido gritarles, y decirles que estaban siendo utilizados, pero el pánico me lo impedía. Mientras mi conciencia se despertaba, mi padre bostezaba. Su única preocupación era sacar lustre a las decenas de medallas que lucía en el pecho y pensar dónde podía hacerle hueco a una nueva.



lunes, 30 de abril de 2012

Microrrelatos ganadores del concurso "En 99 palabras"

 

ALICIA (Ganador del concurso)
Autor: Santiago Eximeno.

Este es mi regalo, abuelo. Ábrelo. Deja que te ayude si no puedes. ¿A que es bonito? Un pequeño cuaderno de princesas con cien hojas de colores. Mira, puedes arrancarlas, así. ¿Lo ves? En cada hoja he escrito una palabra. Cama, mesa, silla, armario, lámpara, espejo, baño. Todo lo que tienes aquí, en tu cuarto, en la residencia. Mira, las hojas son adhesivas. Ahora te ayudaré a pegarlas todas. Todas menos una, la que he prendido a mi vestido nuevo. Mira, he escrito en ella Alicia. Así no tendrás que improvisar más excusas cuando no logres recordar mi nombre.




La sirena (Segundo puesto)
Autora: Fortunata Pérez de la Ossa


Al atardecer, iba a pescar con mi padre. Caminábamos hasta una zona de rocas, él  arriba, y yo  abajo. Me gustaba ver los círculos concéntricos en el agua y las sombras de los peces nadando. 
Fue una noche  de luna nueva; un pez volador emergió del mar agitando las alas, cientos de gotas se esparcieron por el aire, de ellas brotaron mariposas doradas que subieron hasta el cielo. Quise volar tras ellas.
Esa noche mi padre me llevó en brazos envuelta en una manta. 
—Mirad, traigo una sirena —dijo.
Y fue verdad, nunca más supe caminar sobre la tierra.




La presa (Tercer puesto)
Autor: Miguelángel Flores

Al principio siempre se lo toman a broma, y cuando ven que va en serio, ya no pueden hacer nada. Mi madre los trata muy bien y, mientras beben, les habla con mucho cariño. Nosotros, debajo de la mesa, no aguantamos la risa cuando se empiezan a quedar como tontos. Y les pellizcamos las piernas al ver que ya no pueden moverlas. Me gustan esos días, son divertidos. Me chiflan sus caras cuando despiertan, y quemar la ropa. Pero, sobre todo, que mamá nos guarde a los más pequeños las orejas, y que las fría mucho para que crujan.



La intimidad correcta (Cuarto puesto)
Autor: Manuel Rebollar Barro

Esperas  a que se haga más de noche, ya sabes cómo es el vecindario y lo que dirían si te vieran salir a estas horas. Ya está,  es el momento, ya no hay luces que puedan delatarte. Aprovechas la oscuridad y avanzas por el callejón hasta llegar al garito que, oculto, te espera. Saludas al portero, entras y  vas al baño de caballeros. Cierras con pestillo. Ahí está. Notas la excitación, palpas el bulto de tu pantalón. Lo sacas, le quitas el capuchón y gimes de placer cuando, sobre la puerta, marcas con bolígrafo rojo las faltas de ortografía.



El pozo del deseo  (Quinto puesto compartido)
Autor:  Javier Ximens 

      Sacar el cuerpo del pozo le costaría poco esfuerzo. En silencio oprimido, el viejo Tiburcio tejió una red con atillos de esparto, como la que hacía para resguardar en el redil a las indefensas ovejas del ataque de los lobos despiadados. En presencia del señor Juez, de la Guardia Civil y de su joven mujer —que con lágrimas deshilachadas y manos trémulas estrujaba el mandil en un rincón del patio—, colocó el aparejo alrededor del cadáver del señorito Andrés, que flotaba en el agua. Enhebrada la cuerda a la polea, lo extrajo.
      Arrojarlo le había costado mucho más. 




Oleaje (Quinto puesto compartido)
Autor: Agustín Martínez Valderrama


La  mar va y viene, viene y va, como el coño de la Bernarda. La mar, la puta mar, se contonea y gime como el fuelle oxidado de un viejo colchón. Luis toca el piano desnudo frente a la ventana y espera que una ola iracunda, salvaje, lo engulla y arrastre al fondo. Pégate un tiro o vete a vivir a un camping, dice la canción. Pero Luis nunca fue hombre de mar, de dormir al raso. Hay, ya se dijo, mares que vienen y van, mujeres que lloran, coños que huelen a salitre, pianistas que flotan. Y así.


Todos los dibujos están realizados por Juanlu. Aquí tenéis el enlace a su blog para los que no le conozcáis.


viernes, 27 de abril de 2012

Sin conexión



Acabó de cenar, y nada más sentarse en el sofá comenzó todo. Primero falló la conexión a Internet y después la pantalla de su portátil se quedó negra. Quiso encender la televisión pero las pilas del mando habían dicho basta. Repasó los libros de su biblioteca y vio que ya los había leído todos. Se fue al dormitorio y buscó como un poseso la radio pero no apareció. Fue entonces cuando le entró el pánico: ¿qué haría ahora? Entró aterrado al salón, se sentó y con una voz apenas audible dijo: “¿Qué tal te ha ido el día cariño?


P.D. La foto está tomada junto a la Plaza del Conde de Miranda (Madrid)

jueves, 19 de abril de 2012

Para siempre


Alicia nunca ha podido olvidar aquella mañana cuando, tras escuchar casualmente una conversación telefónica de su prometido, decidió que nadie se casaría con ella por pena y rompió con todo. Con el tiempo supo que Julio se casó y tuvo tres hijos, pero ella nunca encontró quien le hiciera reír y llorar sin motivo aparente. Su corazón permaneció seco hasta que la semana pasada el teléfono sonó y Alicia, tras escuchar aquella voz, se estremeció y rompió a llorar. Hoy, de nuevo juntos, saben que si para Gardel veinte años no son nada, para ellos sesenta son una minucia.

Los otros caminos

Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda  #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...