Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los otros caminos
Esta es mi segunda propuesta para el concurso de Zenda #HistoriasdelCamino Los otros caminos Cuando reservé el autobús para ir hasta Vilalb...
-
Esta entrada es mi propuesta para el reto de noviembre de Esta noche te cuento . Esta vez se trataba de inventar una palabra y yo he tom...
brutal la crítica a la despersonalización que dibujas, Miguel. Me gusta mucho; me parece que los micros con doble lectura y con carga de profundidad, merece la pena leerlos y difundirlos.Con tu permiso, me lo llevo puesto!
ResponderEliminarBesos
Ufffff terrorifico...Una despersonalización en toda regla.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hoy es más lo que no es y menos de lo que sería si fuese él mismo.
ResponderEliminarMuy bueno, Miguel.
Un abrazo.
ja,ja,ja...Un modelo a seguir. Pero eso de que nunca pierde su equipo, ni siquiera en política, da mucho que pensar.
ResponderEliminarBesicos Miguel Molina, tiempo sin verte(sin leerte)
Muchos maniquís de escaparate y plástico tienen más personalidad que los que pasean por las calles. Como siempre manejas con soltura la crítica social en tu micro.
ResponderEliminarEs el peligro de ser absorvidos, el cerebro deja de obedecer anuestros criterios.
ResponderEliminarSaludos
Me has recordado aquella frase que dice "en casa se hace lo que yo obedezco".
ResponderEliminarExcelente manejo de la ironía crítica, Miguel que gravita sobre la deshumanización del que se funde para no ser nada.
Un abrazo,
Genial descripción de la manipulación de un ser sobre otro. Me pregunto si tu protagonista se sabe manejado y si es feliz, y si ella es consciente y salva su inseguridad con la necesidad de tener a alguien como creación propia.
ResponderEliminarUn saludo Miguel!
Da para pensar mucho esta figura del "maniquí por fuera y por dentro".Buena crítica.
ResponderEliminarUn saludo
Todos somos un poco maniquí, y cuando intentas no serlo, salirte un poco de la postura impuesta, te relegan al almacén. Aunque en los almacenes siempre se fragua alguna revolución. Un abrazo.
ResponderEliminarY sigue sin besar a una chica de verdad, no?
ResponderEliminarsaludillos