Se amaron durante horas hasta saciarse. Entonces ella sacó el cava reservado para la ocasión, había llegado el momento. Bebieron con ansia la primera botella, descorcharon otra y siguieron bebiendo.
Ella fue la primera en dar muestras de que el final se acercaba. A los pocos minutos sus ojos se cerraron y su rostro comenzó a desdibujarse. Él la abrazó y esperó su turno.
Cuando amaneció ambos yacían inmóviles.
Horas después ella despertó resacosa, él nunca más lo hizo. Hoy ella tiene cuatro ceros más en su cuenta corriente y un cero a la izquierda menos en su vida.
Cuando amaneció ambos yacían inmóviles.
Horas después ella despertó resacosa, él nunca más lo hizo. Hoy ella tiene cuatro ceros más en su cuenta corriente y un cero a la izquierda menos en su vida.
Muy buen texto, hay pistas sobre lo que va ocurriendo en la historia a lo largo de todo el texto "cava reservado para la ocasión" "el final se acercaba" "esperó su turno" "un cero a la izquierda menos en su vida" Bien narrado, con su pieza en cada sitio.
ResponderEliminarMe gusta el efecto de que sólo al llegar al final todas las pistas de las que habla Maite desvelan su verdadero significado. Muy buen relato, Miguel. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha deleitado el micro.
ResponderEliminarBlogsaludos
Maite no siempre se consigue pero me alegra de que para ti todo haya quedado cuadrado.
ResponderEliminarPedro Alonso me reitero en el comentario anterior ya que algunas veces se intenta que quede así pero luego al leer los comentarios se ve que las cosas no estaban tan claras como uno creía.
Adivín Serafín gracias por tus palabras.
Saludos para los tres. Gracias por pasar y comentar.
Hay brindis muuuy peligrosos. Al menos se fue feliz
ResponderEliminarSaludillos
Pues me ha gustado mucho Miguel, aunque tengo un perito (un pero pequeñito :-) parece que ambos bebieron de la misma botella y también parece que ella lo tenía previsto... Mmm ¿algo que había sólo en su copa quizá? ese pequeño detalle me hizo dudar y volver sobre el texto, por lo demás está estupendo.
ResponderEliminarBesos
Puck este brindis para uno fue el último. Eso sí se fue satisfecho para el otro mundo, aunque no sé si eso le servirá de consuelo. ¿Las penas con pan son menos penas? Saludillos
ResponderEliminarRocío es cierto, los dos bebieron de las mismas botellas, pero vosotras sois lo suficientemente listas para conseguir que en sus copas no hubiera exactamente lo mismo. Besos para ti.
Muerte a polvos, como las cucarachas...
ResponderEliminarLo sabía, el veneno estaba en su copa...
ResponderEliminarMuy bueno Miguel, siempre es un placer leerte.
Besos mágicos
Temujin agudo como siempre. En este caso los polvos le vinieron por partida doble.
ResponderEliminarAnnie bien visto. Para mí siempre es un placer verte por aquí.
Saludos para los dos
O sea, que se lo cargó.
ResponderEliminarAl menos lo hizo glamorosamente:)
Saludos
Ella sabe latín.
ResponderEliminarQuién será el próximo?
Saludos.
TriniReina me da mí que ese fue el final. Eso sí le dio una buena despedida antes de mandarle al otro mundo. Saludos.
ResponderEliminarToro Salvaje está estudiándolo. Pero no lo dudes, habrá un siguiente. Saludos.
Gracias a los dos por pasar y comentar
Cava reservado para la ocasión.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel
Genial, Miguel, el final me encanta, un cero menos a la izquierda!
ResponderEliminarAbrazos
Torcuato un cava de sabor y efectos inolvidables para algunos.
ResponderEliminarAnita Dinamita ¡hay tantos ceros a la izquierda en la vida! De vez en cuando no viene mal quitarse alguno de ellos, aunque creo que hay métodos menos severos que el que por aquí se muestra.
Saludos