Sus relaciones amorosas fueron una desgracia continua.
Purificación, su primer romance, descubrió al poco de conocerle su vocación al servicio del Señor.
Años después Mónica L., su secretaria, le plantó en el altar para casarse con el Director General.
Con cuarenta cumplidos, Paloma voló con su profesor de salsa.
Tras casarse, Margarita, su esposa, decidió que aquel jovencito regara su jardín y no el del chalet.
Cuando ya había renunciado al amor conoció a Esperanza, su alma gemela. Cupido ansioso por hacer triunfar el amor lanzó su flecha.
Años después Mónica L., su secretaria, le plantó en el altar para casarse con el Director General.
Con cuarenta cumplidos, Paloma voló con su profesor de salsa.
Tras casarse, Margarita, su esposa, decidió que aquel jovencito regara su jardín y no el del chalet.
Cuando ya había renunciado al amor conoció a Esperanza, su alma gemela. Cupido ansioso por hacer triunfar el amor lanzó su flecha.
A él le alcanzó en el corazón, ella murió de pena.
Nota. - Hoy toca microrrelato por partida doble. En mi otro blog cuelgo hoy el microrrelato "Mamá" de Javier Puebla. No te lo puedes perder.
Nota. - Hoy toca microrrelato por partida doble. En mi otro blog cuelgo hoy el microrrelato "Mamá" de Javier Puebla. No te lo puedes perder.
¡No es justo!
ResponderEliminarMuy original el juego con los nombres de ellas. Pobre hombre. Un abrazo.
ResponderEliminarMiguel Angel la verdad es que no se lo merecía, pero bueno habrá que pensar que esto ha salido de mi imaginación. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
ResponderEliminarPedro Alonso te diste cuenta. Los nombres están puestos con toda la intención pero es posible que de un vistazo rápido no se caiga en ello. Por cierto, bienvenido.
Saludos a los dos. Buen fin de semana.
Hola Miguel!!
ResponderEliminarAl principió me perdí, pero me cautivo el micro, y seguí sin saber lo que me iba a encontrar, y al final lo que he encontrado es un perfecto breve que me ha dejado una mezcla de amor y pena, pero con buen gusto.
Te conocí, creo, por microrrelatista o por algún contacto común, así que si me lo permites, por aquí me quedo!
Un saludo!!
Sucede si después del amor y sobre todo la pena te ha quedado un buen gusto me doy por más que satisfecho.
ResponderEliminarPor cierto, estás invitado a quedarte por aquí todo el tiempo que desees. Estás en tu casa.
Posiblemente sea una persona de "esperanza continua"....
ResponderEliminarEn verdad sí que fué desgraciado, pobre hombre, para una vez que cree haber hallado su media naranja, aparece el impredecible Cupido...
ResponderEliminarMe gustan los micros; te felicito por los tuyos
Saludos
Pero claro, la culpa siempre es de la otra persona? la realidad es que el amor fluctúa, y la pasividad mata.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el juego de palabras que haces con los nombres propios de las mujeres, y el final, ese flechazo fulminante de Cupido, demoledor.
ResponderEliminarTemujin me da a mí que su esperanza llegó al final de sus días.
ResponderEliminarTrini es lo que tiene la vida en algunas ocasiones. Por cierto, puedes pasarte por aquí siempre que lo desees. Microrrelatos nunca faltarán.
Anónimo de acuerdo contigo: "la pasividad mata"
Manuespada como ya dije antes en otro comentario lo de los nombres está puesto con toda la intención. A ver cuando compro Zoom, que creo que ya es hora.
Saludos para todos.
Gracias por vuestros comentarios.
Fantástico relato y triste desenlace el del protagonista
ResponderEliminarGracias por la bienvenida Miguel!
ResponderEliminarMe gusta lo que transmites con tus escritos, te invito a pasar por mi blog a ver que te parece!
http://quenomecansodeser.blogspot.com/
Un abrazo!!
Pobre hombre, estaba predestinado a no ser feliz en el amor.
ResponderEliminarMe ha encantado el juego de nombres, todos, jajaja, hasta "la Mónica L."
Un beso, Miguel.
Irene el amor no estaba hecho para él. Por cierto eres la primera que comentar lo de "la Mónica L." Lo puse porque no caía en ningún nombre que le fuera bien a lo que contaba en esa frase.
ResponderEliminarUn beso