Esta mañana he vuelto a encontrar la tapa del váter levantada y esos inconfundibles goterones amarillos. Quizás tengan razón quienes cuentan que cuando alguien querido muere repentinamente se queda un tiempo entre nosotros hasta alcanzar el descanso eterno, y es que desde que falleció papá los sucesos inexplicables se repiten. No sé si contárselo a mamá, ayer encontré varias colillas en el cenicero y el As en el salón. Ahora escucho que de su habitación sale el inconfundible sonido del Carrusel Deportivo, pero cuando entro y veo a mamá con esos enormes calzoncillos dejo de creer en los fantasmas.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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;-) Debatiéndome entre la sonrisa y la amargura, ahí me tienes.
ResponderEliminarUn detalle, parece que él sabe que es mamá antes de terminar de contarlo, así que me ha chocado un poco ese "no sé si contárselo a mamá" quizá deba pensar en contárselo a alguna otra persona ¿no?
Por lo demás, impecable, imprevisible y buenísimo.
Un abrazo,
¿Una revisión en un optica?
ResponderEliminarRocío Romero quédate esta vez con la sonrisa, me gustaría más. ¿Por qué dices que él sabe que es su madre? Yo no lo tengo tan claro al leer el micro, pero supongo que todo es interpretable. Gracias por pasarte. Un abrazo.
ResponderEliminarTemujin no entendí lo de la revisión en la óptica. Saludos.
Pues he interpretado, errónea o acertadamente no lo se, que el protagonista de la historia, confundía a su padre con su madre fallecida. No se puedo estar equivocado...
ResponderEliminarUn saludo.
Temujin no estabas equivocado, a pesar de que creo que se te han cambiado al escribir el padre y la madre.
ResponderEliminarA veces, hay que aprender a vivir otra vez.
ResponderEliminarMiguel, me ha parecido un relato desgarrador.
Sólo eso faltaba, que cuando el marido muera se eche de menos lo que más se aborrece de él.
ResponderEliminarPor suerte el mío no moja la taza del baño, pero dudo mucho que extrañe el humo de su cigarrillo o sus programas deportivos, aunque nunca se sabe...
Besos mágicos
Esa madre que mantiene a su marido con vida a fuerza de recordarlo, de vivirlo...
ResponderEliminarBien contado desde la perspectiva del niño!
Saludos!!!
Miguel Angel el trasfondo es desgarrador pero he intentado presentarlo desde un punto de vista ligeramente humorístico. Otra cosa es que lo haya conseguido.
ResponderEliminarAnnie espero tardar mucho en vivir esa situación, pero es posible que en esas situaciones hasta puedan echarse de menos las cosas más nimias, e incluso las que menos te gustaban de la otra pesona.
Sucede algunas personas se aferran a lo que puedan para intentar mantener vivos los recuerdos más queridos.
Saludos