Carmen saboreaba su café, repasaba la lista de la compra y calculaba qué compraría y qué dejaría para otro día. Dio a la palanca y eliminó bollos, cervezas y otros caprichos. ¡A cuidar la línea! Otra vez la palanca, repasó la lista, y lo que quedaba ya no daba para carne y pescado. No importaba, las frutas y verduras son salud. Aporreó los botones y desaparecieron azúcar, sal y aceite. ¡Qué caro está todo! Golpeó desesperada la máquina y dijo adiós a pan, huevos, leche,... Rebuscó sin éxito dinero para el café y salió del bar sin hacer ruido.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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Es que el café, según donde vivas, está muy caro!!! aquí todavía está a 60 céntimos, un lujito!!!
ResponderEliminarSeguro que hay muchas personas dejando el café y muchas otras cosas por el camino
Un abrazo Miguel
Otro bofetón social que no me deja impasible. Buen texto. Un abrazo.
ResponderEliminarMIGUEL:
ResponderEliminarAlgo tan fácil y sencillo como llevarse algo a la boca... qué difícil puede llegar a ser.
Salu2
He conocido de primera mano 3 casos como el de tu protagonista. Al final, ellas quisieron salir de aquel pozo y salieron.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Miguel
!Que bueno eres!!!!!
ResponderEliminarGenial tu forma de expresar situaciones tan dramáticas.
Un biquiño muy grande.
Anita Dinamita dónde está a 60 céntimos. Avísame que voy para allá. Abrazos
ResponderEliminarMaite ya sabes que estoy encasillado en estos temas. Besos
Dyhego sobre todo si haces todo lo posible para que ese algo realmente no llegue a tu boca. Salu2
anapedraza (Miguel) pues esa es la mejor noticia que se puede dar. Un abrazo.
Carmela muchas gracias por tus palabras, aunque me temo que aun me queda muuuuucho por recorrer. Bicos.
Ciao Miguel, te he conocido por una amiga común, Rosa de Valencia.
ResponderEliminarMe han encantado tanto las fotos como los relatos; me parece extraordinario que con tan pocas palabras captes la atención del lector.
Un saludo, te seguiré.
SASA
Felicidades por tus tres buenos blogs!, una maravilla.
ResponderEliminarTe visitaré más a menudo para no perderme nada :)
Un saludo!!
Miguel he sentido una pena infinita al leer este post. Lo más triste es que hay muchas personas en idéntica situación...
ResponderEliminarBesos brujos y buen fin de semana
Sasa, Raquel, seréis bienvenidos siempre por aquí. Os espero.
ResponderEliminarAnnie muchas más de las que nos creemos. Besos
P.D. La llegada de comentarios para esta entrada ya ha parado y me quedo con la sensación de que no se ha entendido este micro. Todo el mundo sabe que implica una situación dramática pero no acabo de tener claro que se sepa el porqué.
Saludos
El cafe te pone nervioso, pero en caso de necesidad yo invito...
ResponderEliminarCreo que nos lo tendrás que explicar...
ResponderEliminarBesos brujos
Temujin aceptamos la invitación (la señora del micro y yo).
ResponderEliminarAnnie el micro habla de una mujer que mientras va repasando la lista de la compra va jugándose el dinero del que dispone en una tragaperras.
Saludos
Una pena esas malditas máquinas, a mí me angustia ver la desesperación con la que algunas personas juegan y juegan, me parece terrible, mi madre tuvo una época de esas y para mí fue una pesadilla.
ResponderEliminarBesos, Miguel.
Pues no lo había pillado, y mira que me quedé con lo de la palanca pero pensé que era metafórico!!!
ResponderEliminarJo, qué fuerte!!!
El café en La Palma está a 60 céntimos y con leche condensada :)
Un abrazo
Irene yo por suerte no lo he vivido demasiado de cerca, aunque gente a la que le tengo alg´ñun aprecio sí que está metido de lleno en ese mundillo y es bastante triste la situación.
ResponderEliminarAnita Dinamita quizás no di las pistas suficientes. Creo que antes me pasaba y ahora me quedo corto.
Saludos
Desde luego te felicito por tu manera tan sencilla y eficaz para que en tan pocas palabras seas capaz de transmitir una historia tan triste.
ResponderEliminarTiovivo se hace lo que se puede, sólo estoy empezando, pero desde luego comentarios como el tuyo animan a seguir en ello.
ResponderEliminarSaludos