El llanto invade toda la casa y no cesa hasta que la puerta de la habitación se abre y Luisito escucha la susurrante voz maternal.
-Nene no llores más, ya estoy aquí.
-Mamá tenía miedo, oía voces.
-No te preocupes cariño ya pasó, mamá está ahora contigo. Duérmete amor mío.
-¿Cuándo va a venir papá a darme el beso de buenas noches?
-Tranquilo cariño, papá vendrá enseguida.
-Nene no llores más, ya estoy aquí.
-Mamá tenía miedo, oía voces.
-No te preocupes cariño ya pasó, mamá está ahora contigo. Duérmete amor mío.
-¿Cuándo va a venir papá a darme el beso de buenas noches?
-Tranquilo cariño, papá vendrá enseguida.
A los pocos minutos Luisito se duerme pese a no haber recibido el anhelado beso. No sabe que ninguna otra noche volverá a tener ese beso ni el consuelo de su madre.
Siempre que leo algo sobre este tema, se me pone el vello de punta, terrible y bien expresado en tu micro. Un abrazo.
ResponderEliminar¡qué fuerte Miguel! y qué triste situación
ResponderEliminarUn abrazo
Conseguiste erizarme la piel. Lamentablemente lo expresado en tu micro, es un reflejo de la lacra que nos invade.
ResponderEliminarUn saludo indio
Uff, coincido con todos-as, pelos de punta!
ResponderEliminarAbrazos
Escalofriante y cierto.
ResponderEliminarNo repito, estoy de acuerdo.
ResponderEliminarBlogsaludos
Nada más que comentar, suscribo cada una de las palabras de los anteriores comentaristas.
ResponderEliminarBesos brujos
Que horror! me he quedado helada! y pensar que es la realidad en muchas casas...
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras palabras. Parece que esta vez el relato ha gustado, a pesar de su crudeza, o quizás por eso mismo.
ResponderEliminarEspeluznante, pelos de punta, terrible, horror... Ojalá situaciones como éstas queden relegadas a relatos como éste y no vuelvan a ocurrir en los hogares.
Saludos
Seguirán siglo tras siglo porque es imposible cambiar la situación.
ResponderEliminarBicos, y no solo es cruel, sino que real, muy real.
Carmela me temo que en este caso la situación ya no tiene marcha atrás. Espero que en otros casos no sea así.
ResponderEliminarBicos
Terrible, no quiero ni pensar en esos casos, y mucho menos en el sufrimiento de esos niños, solamente pensando en ellos deberían dejar de cometer esas salvajadas.
ResponderEliminarBesos, Miguel.
Irene lo malo es que nunca nos acordamos de ellos en esas situaciones.
ResponderEliminarP.D. Este relato tuvo el honor de participar en una noche temática de lectura de microrrelatos sobre la violencia de género organizada el 25 de noviembre.
Os dejo el enlace por si queréis echarle un vistazo:
http://en99palabras.blogspot.com/2010/11/lectura-de-microrrelatos-contra-la.html