Aunque tímido, cuando Julián llevaba una copa de más, era el rey del bar. Allí, ante la atenta clientela, se ufanaba de conocer medio mundo. Al preguntarle cuántas ciudades había visitado nunca contestaba, pero aseguraba haberse acostado con mujeres de los cinco continentes.
A diario amenizaba al personal con una hazaña distinta. Hasta que una noche, al pedirle una nueva historieta, Julián respondió con un derechazo a la mandíbula.
No han vuelto a verle por allí. Encerrado en casa, no olvida aquel fatídico viernes, cuando en ese club nuevo descubrió que de repente era “venezolano” por parte de madre.
A diario amenizaba al personal con una hazaña distinta. Hasta que una noche, al pedirle una nueva historieta, Julián respondió con un derechazo a la mandíbula.
No han vuelto a verle por allí. Encerrado en casa, no olvida aquel fatídico viernes, cuando en ese club nuevo descubrió que de repente era “venezolano” por parte de madre.
¡Le cambió la vida!
ResponderEliminar¡Un abrazo Miguel!
Precisamente hoy he presentado mi solicitud a Registro Civil para que me sea otorgada la nacionalidad española y muy pronto también tendré doble nacionalidad, espero que cuando me llegue el día y me la concedan, no me encierre en casa como el protagonista de tu micro...
ResponderEliminarBesos mágicos
Miguel Angel no sabes tú cómo le cambió.
ResponderEliminarAnnie te deseo lo mejor con tu papeleo y espero que los problemas del protagonista se queden sólo en esta historia.
Saludos
Donde las dan las toman, dicen.
ResponderEliminarSalu2.
Dyhego acertaste de pleno. Creo que ese refrán le viene al pelo al personaje.
ResponderEliminarSaludos
Pues mira por donde...
ResponderEliminarBiquiños grandotes.
Carmela nunca sabes las sorpresas que te puede dar la vida.
ResponderEliminarBiquiños.