El príncipe, deseoso de encontrar el amor, rebuscó por todos los cuentos.
Primero encontró a Rapunzel, pero tras escalar la torre descubrió su obsesión por champúes y suavizantes. Después halló a Bella, pero el trankimazin pudo con sus besos. Cenicienta, Blancanieves… ninguna realmente ansiaba enamorarse.
Cuando se resignó a vivir solo, una rana llamó su atención.
-¿Ranita, estás hechizada?
-Sí.
-¿Y un beso rompería el conjuro?
-Sí, si nos juramos amor eterno.
-Perfecto, sólo busco eso.
Tras besarla un musculoso muchacho, de dulce mirada, le susurró tiernamente:
-¿Hola guapo, algún problema?
Pensativo, el príncipe contestó:
-Ninguno, nadie es perfecto.
Primero encontró a Rapunzel, pero tras escalar la torre descubrió su obsesión por champúes y suavizantes. Después halló a Bella, pero el trankimazin pudo con sus besos. Cenicienta, Blancanieves… ninguna realmente ansiaba enamorarse.
Cuando se resignó a vivir solo, una rana llamó su atención.
-¿Ranita, estás hechizada?
-Sí.
-¿Y un beso rompería el conjuro?
-Sí, si nos juramos amor eterno.
-Perfecto, sólo busco eso.
Tras besarla un musculoso muchacho, de dulce mirada, le susurró tiernamente:
-¿Hola guapo, algún problema?
Pensativo, el príncipe contestó:
-Ninguno, nadie es perfecto.
Pobre principe Jack.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
Si es que tanta princesa descerebrada, tenía que dar al menos para un cuento así.
ResponderEliminarAbrazos
Torcuato suele decirse que sarna con gusto no pica. No sé si está bien tomada esta expresión para el micro pero puede darnos una idea de lo que hay.
ResponderEliminarAnita Dinamita lo de los descerebrados creo que se reparte tanto en ellas como en ellos, aunque en este caso creo que salen ellas peor paradas.
Saludos para los dos. Buen fin de semana.
Jajajaja me encanta el final, por desgracia hay tantas princesas descerebradas como principes que besas y se convierten en sapos jejeje
ResponderEliminarQué bueno. Me ha gustado mucho, y por cierto coincido con Tiovivo... Hay para todos.
ResponderEliminarAbrazos
Jajaj, qué bueno.
ResponderEliminarSi está claro que el amor aparece cuando menos lo esperas...
Abrazos
jajaja a mí con lo salada que te ha salido la rana ya me tenías ganada :-), es que las princesas ya no son lo que eran... y los príncipes tampoco
ResponderEliminarSaludillos, croak, croak
jajajajajajaja GENIAL!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe dejaste una enorme sonrisa en la cara que creo que me durará hasta el lunes, es justamente lo que necesitaba ahora. GRACIAS!!!!
Besos mágicos
Tiovivo desde luego que esto de las monarquías no es lo que era, y no lo digo sólo por el micro.
ResponderEliminarGracias Rocío, las monrquías se han hecho más populares, y supongo que eso trae sus cosas buenas y las no tan buenas.
Su esa esperanza es la que siempre hay que tener. Por suerte el amor puede surgir en cualquier esquina.
Muchas gracias por vuestras opiniones. Saludos.
Puck se agradece tu comentario. Además supongo que algo sabrás de esto teniendo en cuenta tu avatar. Croak, croak.
ResponderEliminarAnnie una vez más con tu comentario consigues que el microrrelato de hoy ya haya merecido la pena. Si al leerlo has conseguido que tu día se alegre, aunque sea por un momento, me doy por satisfecho.
Saludos para las dos. Disfrutad del día.
Tu micro me recuerda a la última escena de "Con faldas y a lo loco". Genial tanto la una como el otro.
ResponderEliminarBesitos.
Muy de 'Con faldas y a lo loco'... Un micro muy divertido
ResponderEliminarSara, Pablo, si dijera que la última frase no está sacada de esa película mentiría. Es una de las frases más conocidas de la historia del cine.
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras.
Saludos