lunes, 3 de septiembre de 2012

Deseos, magia y realidad



Por quinto día consecutivo fue a ver la película dispuesta a llorar de nuevo. Esperanza ansiaba un amor como aquel y no entendía por qué al final una bala perdida dejaba al protagonista agonizando en brazos de su amada. Y como las lágrimas de aquella mujer eran como suyas, a diario volvía esperando el milagro. Hasta que aquel martes, cuando ya preparaba su arsenal de pañuelos de papel, el galán sobrevivió. La película continuó y vio cómo la heroína, harta de infidelidades y vejaciones, se suicidaba. Al aparecer el nuevo “The End” maldijo para siempre la magia del cine.


P.D. La foto está tomada en la calle Conde de Romanones, junto a Concepción Jerónima


6 comentarios:

  1. ¡Que alegría volver a leerte, Miguel!

    Esta pieza que se completa magistralmente con su título, me lleva a pensar en los deseos errados y en sus consecuencias.

    Excelente.

    Un abrazo y bienvenido.

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  2. A veces los deseos no salen como uno quiere.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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  3. Muy bueno, Miguel. La prota se hacía su propia película, ya lo creo. La foto, un hallazgo. ¿Es un mural? Saludos van

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  4. A veces los deseos... en este caso no dió resultado.

    Besitos

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  5. Es que los deseos hay que imaginarlos con pelos y señales, por si acaso se cumplen.

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  6. Pobre Esperanza, menudo chasco. Cada uno se imagina lo que quiere ver.
    Saludos.

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