martes, 7 de agosto de 2012

Máximo castigo

Por suerte sigo de vacaciones, al igual que mi imaginación así que os dejo con un microrrelato que escribí hace un tiempo y que tenía olvidado por el ordenador. Eso sí, las 99 palabras no pueden faltar. Es lo que hay.


Sin perderla de vista ni un momento, con cara seria y ademán decidido, se acercó hacia ella con paso lento, pero seguro, ante la mirada expectante de una multitud que vociferaba como si estuviera poseída. Había llegado el momento. Al llegar a su altura comenzó el ritual que siempre seguía en estas ocasiones: la cogió, la acarició y le dijo unas palabras que solo ella pudo escuchar. Después de besarla con delicadeza la dejó en el suelo, la miró fijamente y la golpeó con todas sus fuerzas. Casi al instante un grito unánime de alegría retumbó por el estadio.


9 comentarios:

  1. En épocas de "sequía" o vacaciones tampoco está mal rescatar algún texto que tenemos por ahí guardado y casi olvidado.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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  2. Jaja, me sorprendió el final... un giro divertido.

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  3. He de reconocer que me dejé engañar por la imagen, Miguel, y a partir de ahí creo que disfruté incluso más que de no haberlo hecho.

    Me ha gustado mucho. Me alegro de que lo hayas rescatado.

    Un abrazo.

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  4. ¡Goooooooooool!
    ¡Como nos has engañado, pillín!

    Un abrazo.

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  5. Buenas.
    Pues tienen razón los comentaristas anteriores, qué bueno qu elo hayas rescatado para metérnosla hasta el fondo. Un abrazo.

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  6. Haciendo tan literario un penalti acabarás comentando partidos en TVE, que tiene mucho poeta haciendo las crónicas. Da para pensar.

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  7. Es bueno que lo hayas rescatado y sorprenderme con ese final.

    Besitos

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  8. Me ha encantado cómo nos has manipulado. De todos modos, no dejo de ver entrar en la portería esa cabeza seccionada.
    Un beso

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  9. Muy bueno, ya me imaginaba lo peor...
    Un saludo.

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