viernes, 25 de junio de 2010

Sin

MEl mendigo sin brazos que agita el vaso de plástico pidiendo para comer; el inmigrante sin papeles que patea la ciudad buscándose la vida; el matrimonio sin suerte ni liquidez que acaba desahuciado bajo un puente; el parado sin familia a la que acudir cuando su mujer se largó con sus hijos y aquel supuesto amigo; el muchacho sin nadie a quien contar las penas salvo al cartón de Don Simón. Todos ellos sin futuro, compartiendo cama bajo el cielo estrellado, objetivo de una pandilla de muchachos sin escrúpulos y sin corazón que disfrutan sintiéndose los jueces del mundo.

10 comentarios:

  1. Pero sus actos no quedarán SIN justicia. Aunque unos pierden más que otros, es un reparto de "penas" no equitativo.

    MUY BIEN.

    Miguel

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  2. Has pensado en el ejercicio CON que te propuse??
    Un abrazo.

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  3. Dyhego, Víctor, esperemos que la sinrazón de esos "sin escrúpulos" acabe alguna vez.

    Anapedraza (Miguel) eso es lo que nos queda.

    Torcuato lo tengo en cuenta. A ver si me pongo con ello y veo qué sale.

    Saludos

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  4. Muy bueno, y me sumo a la propuesta de Torcuato. La manera de plantear la narrativa puede cambiar el sentido del mismo argumento.
    Saludos

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  5. Esos niñatos si que no tienen liquidez en su corazón.

    Blogsaludos

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  6. Hay algunos SIN verdaderamente tristes e injustos, pero hay otros SIN que a veces son verdaderas liberaciones.
    Estoy de acuerdo, ahora se podría hacer uno de CON.
    Besos, Miguel.

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  7. Su, Irene, al final vais a hacer que me lo plantee de verdad. El problema es que me salen mejor las cosas negativas, no sé porqué.

    Adivín Serafín, ¿corazón? ellos no usan de eso.

    Saludos

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  8. Este relato lo publiqué previamente en El Microrrelatista. Os dejo el enalce por si queréis mirar los comentarios que allí surgieron.

    http://elmicrorrelatista.blogspot.com/2010/06/sin.html

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