Acurrucados bajo las sábanas Javier le cuenta a Nines las novedades diarias: el trabajo va de mal en peor, su espalda amenaza con troncharse en cualquier momento, y a Mateo, el más pequeño de los niños, hoy le salido el primer diente. Nines escucha atenta todos los detalles mas pese a estar a gusto no puede evitar echarle, de vez en cuando, un vistazo fugaz al reloj: ya queda menos. Unos billetes cambiando de manos consiguen un acuerdo beneficioso para ambos, ella se siente persona durante una hora y él al fin consigue que alguien le escuche y atienda.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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Bien. Bueno. Y el diseño de la página también me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya ves... una operación de compraventa como cualquier otra...
ResponderEliminarEs una ventaja que ya todo se pueda comprar, pero en el fondo me sigue pareciendo igualmente triste.
ResponderEliminarSaludos
Se engañan los dos Miguel, pero si así son algo más felices, me alegro por ellos.
ResponderEliminar¡Muy bien!
Miguel
Víctor le venía bien un cambio. Quizás a los de la historia también. Un saludo.
ResponderEliminarVirginia Vadillo por desgracia todo se compra o vende.
Su es triste pero por desgracia es real. ¿Quién es el culpable? a saber, hay dónde elegir.
Anapedraza (Miguel)tienes toda la razón. Son arreglos que seguramente no van a ninguna parte pero al menos durante un tiempo a ellos les vale.
Saludos
Para mi, son honestos porque cada uno sabe cuál es su papel en la hora que comparten y ambos salen ganando. Lo del dinero es secundario. Sin embargo, en este mundo infestado de mercatilismo liberal hay otras muchas situaciones en las que la compra-venta es sangrantemente inadmisible.
ResponderEliminarUn beso que cree que volver a la esencia humana puede ser la solución
ME gusta, tiene prosa ágil.
ResponderEliminarSaludos
Hay quién va al psiquiatra y también paga y creo que te hacen menos caso ...
ResponderEliminarSaludos
La sanación de la mente pasa por que alguien te escuche. Las prostitutas ejercían de siquiatras de los hombres.
ResponderEliminarUn abrazo
Odile yo también creo que si los dos están de acuerdo todo perfecto. el problema es que no siempre es así.
ResponderEliminarBaizábal se agradece.
Eloise Kelly pues tienes toda la razón. si al menos así el tío ve recompensado su dinero nada que objetar.
Torcuato ejercían y supongo que siguen ejerciendo.
Saludos a todos.
Es triste tener que pagar para que te escuchen.
ResponderEliminarAntes ponían un programa por la radio, hablar por hablar, y la gente se desahogaba que daba gusto.
Salu2. (27 palabras)
Dyhego creo que aún sigue el programa, y continúa con la misma temática. Salu2
ResponderEliminarPor cierto, esta historia la publiqué en el "Vendaval de micros 2010".
Si queréis ver los comentarios que allí surgieron podéis visitar el siguiente enlace:
http://vendavaldemicros2010.blogspot.com/2010/06/negociando-carino.html
Me gusta el relato, me parece agridulce, por una parte es muy triste, y por otra, si los dos se benefician, bueno está.
ResponderEliminarBesos.
Irene al final habrá que quedarse con esto último. Hay que intentar buscar la felicidad y a veces es complicado el camino para encontrarla.
ResponderEliminarSaludos
Esta historia también la he publicado en El Microrrelatista. Aquí os dejo el enlace por si queréis ver más comentarios:
ResponderEliminarhttp://elmicrorrelatista.blogspot.com/2010/09/negociando-carino.html