La cena se enfriaba en la mesa. Daba igual la hora a la que la sirviera porque últimamente el resultado era el mismo: por tercera noche consecutiva los platos se quedaban intactos en la bandeja. No acababa de comprender porqué él seguía haciéndole aquel desprecio, ya estaba empezando a cansarse de aquella ridícula situación. Entró en la cocina y comprobó de nuevo que los envases seguían vacíos, ni paroxetina, ni trankimazin, ni tan siquiera sumial. Al volver al salón vio que todo seguía tal cual, la cena sin tocar y él tumbado en la alfombra junto a aquel cuchillo.
Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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me encanta porque lo dejas abierto, uno no sabe si se trata de un apuñalamiento o de otra cosa, en fin. Como siempre genial sentarse a cenar tan por la mañlana los lunes
ResponderEliminar¡Hola Miguel!
ResponderEliminarCoincido con Didac, está tan bien redactado que nos dejas sin saber que pasó antes.
Eso sí, ME UNO A TU DENUNCIA MACHISTA.
¡Feliz lunes!
Miguel
Duro, duro.
ResponderEliminarYo también participé con tres micros. Los publicaré en mi blog más adelante.
Un abrazo Miguel.
Creo que se pudo haber pulido más, pero sirve, incluso, para pulir el estilo, cosa que nos lleva mucho tiempo -yo aún no creo tenerlo.
ResponderEliminarAbrazos
Didac puedes interpretrarlo como quieras porque al cien por cien tampoco queda claro, aunque creo auq hay algunas pistas que nos indican el camino a seguir.
ResponderEliminarAnapedraza (Miguel) te digo lo mismo que a Didac. Por cierto se agradece lo de la denuncia ya que por ahí iba otra vez la cosa.
Torcuato espero leer los tuyos pronto. Seguro que no defradurán. Lo de participar en ese concurso es más que nada por ir practicando un poco todo esto.
Baizábal yo tampoco sé aún cuál es el mío. Supongo que me toca mucho pulir, pulir y pulir, ... Por suerte aún tengo ganas de hacerlo así que quizás algún día lo encuentre.
Saludos, y gracias por vuestros comentarios.
Me gusta, al leer el final yo pensé que se había pasado con las pastillas... es curioso, las múltiples interpretaciones que ofrece siempre cualquier texto (más si es con final abierto, como este)
ResponderEliminarBesos!
Virginia Vadillo yo mismo me sorprendo de las distintas interpretaciones que están surgiendo con vuestros comentarios.
ResponderEliminarJesús Contreras otra más de las posibilidades. Lógicamente cuando hice la historia tenía ya perfilado mi final aunque estoy viendo que cada uno tiene el suyo propio.
Es más que posible que tras ver todas vuestras posibilidades de final os ponga la mía.
Saludos.
No sé por qué me da que ese no vuelve a cenar más, ni cena fría, ni caliente, y es que en esta vida todo tiene un límite de aguante.
ResponderEliminarBesos, Miguel.
Muy real. Estoy segura que, desgraciadamente, más de una persona acaba en esa misma situación.
ResponderEliminarSaludos
La verdad es que se puededn hacer un montón de interpretaciones, ¿por qué los envases permanecían vacíos? ¿Qué pasa con el cuchillo? Cada uno puede poner su final, como en "elige tu propia aventura". Saludos Miguel.
ResponderEliminarIrene ya somos dos tanto en lo que se refiere a tu primera afirmación como a la segunda.
ResponderEliminarSu seguro que sí.
Manuespada, ¿cuál es la tuya?
Saludos y gracias por vuestros comentarios