La foto está tomada de Internet |
Sus miradas tiernas eran para la chica, con cara de niña mala, que cada mañana viajaba frente a él en el metro. Sus palabras cálidas las guardaba para su compañera de trabajo, una de esas mujeres que harían perder la cabeza a cualquiera. Los whatsapp más picantes siempre iban dirigidos a la novia de su mejor amigo, y la camarera del bar donde comía a diario era la receptora de sus besos más apasionados. Al llegar a casa se sentaba con su mujer frente al televisor y recordaba que los mejores momentos del pasado siempre estaban relacionados con ella.
Precioso, los instantes y lo eterno. Qué parecidos somos los humanos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los instantes se relaciona con anhelos, mentiras, mediaos deseos y acaban en meros fragmentos de un hoy, que tal vez sólo encontramos al llegar a casa, con el ser amado.
ResponderEliminarUn abrazo
Somos instantes, de paso hacia el siguiente, tan efímero como nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo Miguel
Pues me ha gustado ¡si señor!,
ResponderEliminarhace tiempo que no paseaba por tus instantes y puedo decirte que me han llegado, sobre todo esa frase final referida al pasado ... a lo que fue y no es.
¡¡Un beso Miguel!!
y prometo llegar a tus 99 palabras en cada instante que se tercie del presente ¡nunca del pasado!
Me ha parecido muy triste, ese soñar con lo que no se tiene y conservar lo que fue...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Supongo que todo pasa. Hoy este micro me da para mucho.
ResponderEliminarUn aplauso
ResponderEliminarUn aplauso
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