En verano llevaba abrigo y bufanda mientras que en invierno salía en manga corta. Comenzó a disfrutar de los discos de vinilo cuando la música se disfrutaba dándole a la tecla “download”; escribía microrrelatos cuando casi nadie los conocía, y se pasó la novela histórica al ver que cualquier juntaletras se sentía capaz de escribir microficción. Todos decían que le gustaba ir a contracorriente, y lo confirmaron cuando después de haber disfrutado de las mujeres más bellas de la ciudad, se enamoró de un bombero que era la envidia del vecindario. Cuentan que ese mismo día finalizaron sus excentricidades.
P.D. Hoy he publicado la segunda entrada en mi otro blog de microrrelatos "Entre vueltas de tuerca". Se titula "Final inesperado"
Muy bien ilustrado además por la foto. Me alegro que mantengas las 99 palabras de todas maneras. Saludos.
ResponderEliminarMe alegro cada vez que un eterno insatisfecho -de los que hay muchos pululando por el mundo- encuentra la felicidad. Este micro lo ilustra de forma fantástica.
ResponderEliminarUn abrazo,
La rareza según el contexto. La exclusividad tan propia, anuncia la normalidad, a corriente.
ResponderEliminarUn abrazo, sin contracorrientes.
Jajajaja asentó a "la loca" que llevaba dentro. Tener pareja siempre estabiliza.
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