Durante los primeros diez años en este blog todas las historias que fui publicando estaban contadas en 99 palabras. Ahora cada una de las historias toma su propia extensión.
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¡NO quiero creer que haya gente así!
ResponderEliminarMiguel
El abuelo ya se esperaba algo así, precavido él, les dejo sin money. ¡Toma!
ResponderEliminarDuro relato, cuesta creer que pueda ser verdad.
Un saludo indio
anapedraza (MIguel). La historia me la recor´do una noticia que escuché hace un tiempo y contaba algo parecido, al menos en su primera parte. Que sea verdad o no es otra cosa. Saludos.
ResponderEliminarNo Comments el abuelo estaba ya de vuelta. En cuanto a lo de la realidad te digo lo mismo que a Miguel. Saludo indio para ti.
¡Que pena de abuelito!, menos mal que fue precavido, pero la inmensa tristeza que debió sentir no se la quita nadie.
ResponderEliminarAsí es, cría cuervos y te sacarán los ojos.
Besos, Miguel.
Irene a mí me da que el tío se olía la tostada hacia tiempo. Eso que ganó.
ResponderEliminarSaludos
Ojalá y reciban unas postales del caribe donde el abuelo les cuente como se la pasa bomba en su nueva vida.
ResponderEliminarCarlos de la Parra seguro que ya les han llegado esas postales. Me gustaría haberles visto la cara.
ResponderEliminarSaludos