Él subió en Lucero, ella en Carpetana. Él la descubrió en Opañel, y por Usera cruzaron sus miradas. En Arganzuela llegaron las risas y en Pacífico se sentaron juntos. Por O´Donnell parecían conocerse de siempre y en República Argentina se robaron el primer beso. En Cuatro Caminos se buscaron sin necesidad de atracos y llegando a Metropolitano se juraron amor eterno. Fue en Moncloa donde nació la primera discusión, en Argüelles los gritos y en Puerta del Ángel, cuando ella se cambió de vagón, el final. Entrando el metro a Lucero él fue a buscarla para empezar de nuevo.
Nota.- En octubre de 2016 este microrrelato apareció en la sección de vídeos de Manu Espada "Micros con micro".
Quizá peque de demasiado "madrileño". El final te quedó en rima.
ResponderEliminarTienes razón. Otra cosa no tendrá, pero madrileño lo es cien por cien.
EliminarRedondo, en su circunferencia :)
ResponderEliminarBesos desde el aire
Redondo, ovalado,... es lo de menos. Lo importante es la posibilidad de empezar de nuevo.
EliminarBesos para ti.
Nos hemos perdido en el Metro circular. Creí que nos veríamos en el arcén derecho de Lucero. Era el nombre perfecto para retomar el circuito de besos.
ResponderEliminarLuego, ante una papelera con un Cola-cao vació, me pregunté si habíamos hablado de la misma " derecha del andén".
Si me permites.
Un abrazo de fin de año, feliz salido de 2012, sin agobios de hora punta, a poder ser.
¿Y cuál era el derecho? es que yo también me perdí con las indicaciones. Si lo dices según entras a la estación, yo siempre tomaba el del lado izquierdo, de ahí la confusión.
EliminarBesos para ti. Feliz 2013.
...que resultó ser mi lado derecho al entrar yo por la salida a la avenida. Yo llamaba derecho al lado que yo pisaba. Y tú al lado que pisabas tú. Pero como cada viernes nos volvimos a encontrar en el tercer vagón del circular. Volvimos a jugar a encontrarnos a las 20 horas, en el lado derecho. Pero este viernes, ante un violinista del trasbordo, hemos escuchado junto una melodía de Bach. confundiendo a los relojes y a las espirales.
EliminarSi te parece. Un abrazo y feliz año!!!
La idea me gustó, ese amor circular de Lucero a Lucero. El nombre de las estaciones es lo de menos.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Lo de las estaciones era para aprovechar la única línea circular de Madrid, pero lo importante es la posibilidad cíclica que se presenta.
EliminarSaludos
Me encantó la idea, muy buena. Dile al protagonista, que la próxima vez se baje en Cuatro Caminos! :o)
ResponderEliminarUn abrazo.
Belén ya se lo he dicho, pero me pregunta qué hay allí. Seguro que será algo que merecerá la pena, así que espero que se anime.
EliminarUn abrazo para ti.
Me gusta la idea y me gusta el final/principio, creí que el amor sólo les iba a durar una vuelta, pero me parece muy esperanzador ese segundo intento. Seguro que al final lo consiguen.
ResponderEliminarUn abrazo
No sé si a la segunda se decidirán, o seguirán así de forma indefinida. Yo también espero que lo consigan.
EliminarAbrazos.
Eso es un amor con medida, de metro. El amor siempre es así, aunque vayas a pie.
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo, Miguel
El metro es un sitio ideal para el amor, o para lo que desees. Eso sí, hay que tener un poco de paciencia.
EliminarFeliz 2013 para ti.
¡Bueno, Miguel, muy bueno! El amor, cuando es amor de verdad, siempre es circular. Un metáfora bien ajustada.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz año nuevo.
Si es circular hay menos posibilidades de que acabe, así que por algo se empieza.
EliminarFeliz 2013 Pedro.