Al salir, la patera estaba inundada de sueños. Hoy los vómitos, el miedo y la muerte se han adueñado de los 12 por 2.5 metros en los que viajan. Sólo les queda acurrucarse entre ellos y rezar para soportar el oleaje, el hambre y el frío.
Cuando la esperanza ya está lista para morir, divisan la costa y son rescatados. Es entonces cuando descubren sorprendidos el curioso comportamiento de aquellos a los que quisieran parecerse. Al ver a los pescadores llevarse la gasolina, y a los vecinos arramblar con las herramientas y el ancla, sus sueños comienzan a esfumarse.
Qué vuelta de tuerca más dura. Supongo que, si duele tanto, es porque existe la sospecha de que pudieera ser dolorosamente verdad.
ResponderEliminarTriste arriesgar por un sueño algo diferente del que se pensaba.
ResponderEliminarSí, demasiado duro, pero en ocasiones cercano a la verdad.
ResponderEliminarBesitos
Que tengan cuidado con la ropa...
ResponderEliminarQue la vida está mu mala, mu mala. La compasión brilla por su ausencia y menos cuando tu piel es de otro color.
ResponderEliminarBueno, los esquilmamos antes, no sé por qué no es lícito hacerlo ahora... (modo ironía off)
ResponderEliminarBienvenidos a la tierra de la solidaridad.
ResponderEliminarAbrazos asombrados,
PABLO GONZ
Luisa pues la historia está basada en una noticia que leí hace un tiempo, así que de rea tiene mucho.
ResponderEliminarCitizen lo pintan demasiado bonito. Luego aquí la realidad suele ser más dura.
Elysa como ya he puesto en la respueta a Luisa el final del micro es completamente real.
Saludos
Temujin eso es de lo poquito que han podido salvar. Al menos la que llevan puesta.
ResponderEliminarMar Horno eso de la piel encima es otro hándicap más.
depropio les esquilmamos antes, lo hacemos ahora y en un futuro seguiremos dale que dale.
Pablo Gonz y eso que somos de los países más solidarios. Por suerte creo que lo que cuento en este microrrelato es la excepción. De hecho hace bien poco vi unas imágenes en la que los bañistas de la playa se lanzaron a ayudar a los de la patera como si les fuera en ello la vida
Saludos para todos.
Ay, qué relato más feo... yo he visto en fotos la playa de las Teresitas un improvisado campamento solidario de bañistas. Supongo que depende donde vayan a anclar la patera...
ResponderEliminarUn abrazo
Anita como ya puse en la respuesta a Pablo Gonz ésta es la excepción que confirma la regla. Sé que lo habitual no es lo que cuento en este microrrelato sino justamente lo contrario.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel, entiendo que son náufragos -y a lo mejor cubanos o africanos- que huyen de su país, en busca de sus sueños. Me parece que ser rescatados, cuando estaban a punto de morir, es lo mejor que les puede pasar. O, como creo ver después de otra lectura, ¿a su lancha le quitan la gasolina los pescadores que se supone los iban a rescatar?
ResponderEliminarMe deja muchas dudas la historia.
Saludos.
José Manuel en este caso yo sí veo claro el final. De hecho está basado en una noticia real que pasó hace un tiempo en Canarias y aunque resulte chocante los náufragos son rescatados pero a su vez son robados. Ver para creer.
ResponderEliminarSaludos