Llevaba años buscando el amor pero seguía sin encontrarlo. Rondaba los cuarenta pero aún anhelaba, como una colegiala, experimentar esa sensación mágica que todos decían haber experimentado en alguna ocasión: amar y ser amada.
Fracasados los métodos tradicionales, las citas a ciegas, e incluso el amor cibernético, aquel 14 de febrero, desesperada, se encomendó a San Valentín. Si él también la fallaba ya no sabría a qué o a quién recurrir. Tras una íntima charla recuperó la ilusión. Ahora sí sabía cuáles eran los pasos a seguir. Para sorpresa de todos a la semana se recluyó en un convento.
Cada uno busca sus soluciones, es posible que esta la satisfaga más...
ResponderEliminarSi ese amor la hace felíz...Realmente fue una conversación profunda.
ResponderEliminarSalud
Temujin si la eligió será porque es la que más le llena. Sobre gustos...
ResponderEliminarJoplin hay que dejar a cada uno que elija libremente lo que más le conviene. La conversación al menos cumplió sus objetivos.
Saludos para los dos.
Gracias por pasar.
Joer... con un santo tuvo que hablar jajajaja
ResponderEliminarEso hay que pedírselo a San Cucufato.... que si no cumples ya sabes lo que te ato...
Bicos Miguel
Carmela lo que pasa es que San Cucufato es un poco más cruel, aunque lo que ata no creo que le afectara mucho a la muchacha.
ResponderEliminarBicos
Es muy vonito todo felicidades , un beso Maria
ResponderEliminarMaría me alegra que te guste. Sigue leyendo, espero que encuentres más cosas que te llenen.
ResponderEliminarBesos