Soñé cinco noches seguidas y siempre la pesadilla era la misma: ella tomaba el abrecartas de mi despacho, lo empuñaba, y me lo clavaba por la espalda mientras yo rellenaba informes. Cada vez que se lo contaba decía que no debía hacer caso a los sueños, ya que esa era la mejor forma que había para que nunca se hicieran realidad. Yo la escuchaba, e intentaba creerla, pero nunca terminé de convencerme. Solo supe cuánta razón tenía en aquello de que no se cumpliría, cuando el abrecartas eligió mi mano y su cuello para demostrar lo afilado que estaba.
P.D. No te pierdas la última entrada de mi otro blog. Se titula "La casa que olía a chocolate".
P.D. No te pierdas la última entrada de mi otro blog. Se titula "La casa que olía a chocolate".
mientras rellenaba informes :-)
ResponderEliminarLa animación de los objetos inanimados es cuestión que siempre me ha preocupado. Cuando un asesino en serie dice aquello de "yo no hice nada" me pregunto si la perturbación de su cabeza puede llegar a tal grado que le deje en un estado de gracia en el que no sea consciente de sus agravios.
ResponderEliminarAcabo de retirar de mi mesa ¡todos los abrecartas!, es sólo por si acaso...
Creo que voy a leer tu casa que olía a chocolate, a ver si se me quita de encima estas pesadillas alucinógenas que hoy me has transmitido. ;)
Buen micro!!, pero....¿querrías retirar los abrecartas por si acaso....? Besos.
¡Jo! A veces hacemos cualquier cosa para demostrar que lleva razón la persona amada...
ResponderEliminarBien manipulado.
Un abrazo, Miguel Molina.
Eligió mi mano, pobrecillo, él no quería, fue el abrecartas... Vete tú a saber si lo de los sueños no se lo inventó también para justificar lo que vino luego. A saber.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel
Y llegará un astuto juez y se creerá que la culpa es del abrecartas, claro.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Un micro estupendo desde el propio título, Miguel. Me ha gustado -particularmente- la construcción psicológica del personaje.
ResponderEliminarUn abrazo,
Miguel Ángel, ese abrecartas bien podría ser hijo legitimo de Max Aub, me lo ha recordado. Los sueños suelen ser proyecciones de la realidad futura para un lado o para el otro.
ResponderEliminarUn abrazo.