(La foto está tomada de la red) |
Rapada al cero, agazapada en su sari blanco, camina arrastrando los pies como si hasta por andar tuviera que pedir perdón. Lleva haciéndolo desde los ocho años, cuando la casaron con un hombre sesenta años mayor con el que vivió un infierno hasta que falleció. Desde entonces quedó estigmatizada y todos la evitan porque su sombra da mal fario. Sumida en la pobreza, y en duelo vitalicio, su cuerpo refleja el hambre que la corroe, y sus ojos el sufrimiento perpetuo. Cada noche reza para no despertar porque ya no tiene sueños; una mujer india no puede ser feliz.
Es dramático Miguel, indigno y humillante para la especie humana, que haya este tipo de culturas donde se menosprecia de esta manera la vida de una mujer.
ResponderEliminarBuaf.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Ser mujer en algunas partes de este mundo es terrorífico...
ResponderEliminar¿Hasta cuando?
Besos desde el aire
Desgarrador, MIguel, por cuánto está pegado a la realidad. Tu micro explica mi sentimiento por la India y por las creencias del pueblo hindú.
ResponderEliminarMis aplausos. Un micro fantástico.
Un abrazo,
Que suerte tenemos, chicas, de vivir aquí, y eso que aún nos falta por conseguir. Has reflejado muy bien la humillación y la sumisión de las mujeres en buena parte del mundo.
ResponderEliminarBesos
Lo malo de este micro bueno, es que casi no es ficción. Qué duro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es terrible! sin esperanza, sin sueños, sin vida.
ResponderEliminarUn abrazo!