Pasaba horas y horas en aquel viejo cine. Daba igual si ese día tocaba estreno, sesión doble, continua o golfa, él amortizaba más que de sobra el dinero de la entrada. Los muchos años vividos allí habían conseguido que hasta la taquillera y el acomodador fueran ya para él como de la familia.
Podría haber sido el hombre más cinéfilo del mundo y sin embargo casi nunca había conseguido ver una película completa, es más había días que ni tan siquiera lograba sentarse en la butaca. De rodillas, y de espaldas a la pantalla, a tientas aliviaba necesidades urgentes.
¡Hola Miguel!
ResponderEliminarCreo que acabas de escribir un canto amargo a la soledad, ¿es así o me lo ha parecido?
¡Feliz lunes!
Miguel
Yo creo que, más bien, es la historia de un prostituto.
ResponderEliminarotro genial micro en 99 palabras...este es morboso...esos cines de Madrid y tal. Genail
ResponderEliminarGenial micro relato.
ResponderEliminarMe gustó
Es interesante tu blog, MIGUEL.
ResponderEliminarSalu2.
jaja, qué buen final, me encantó. Lo único que le encuentro son problemas de redacción: por qué no en vez de "el hombre más cinéfilo" escribes "el cinéfilo más grande"; y "más había días que ni tan siquiera" por "había días en que ni siquiera".
ResponderEliminarMuy bien Miguel,
saludos
Miguel (Anapedraza) esa no era mi intención cuando lo escribí, pero está claro que pensándolo bien la historia destila soledad pols cuatro costados.
ResponderEliminarTorcuato por ahí más o menos iban los tiros.
Exacto Didac, son esas salas de las que cada vez quedan menos, y esos "trabajdores" del cine.
Hisae se agradecen un montón tus palabras, y más teniendo en cuenta de quien vienen.
Dyhego estás invitado siempre que quieras a dar una vuelta por aquí.
Baizábal se agradece la corrección. Estoy un poco verde en todo esto, es mi undécima historia, y aún tengo mucho que pulir.
Saludos a todos, y gracias por vuestros comentarios.
A mí no me gustó demasiado el micro, Miguel. Sobre todo, porque sé que lo puedes (y lo has hecho) hacer mejor.
ResponderEliminarUn saludo.
A mí me gusta el micro, lo que no me gusta es la pista que da la imagen. Yo no ilustro mis micros con imágenes porque nunca encuentro la medida; en este micro la imagen se chiva. No es cuestión de sorpresas, es cuestión de descubrir leyendo por dónde va la cosa. Es mi opinión.
ResponderEliminarUn abrazo
Víctor se hace lo que se puede, pero por supuesto todo es mejorable. Gracias por pensar que puedo, y sé, hacerlo mejor.
ResponderEliminarJesús Esnaola tienes toda la razón del mundo. No hay nada más que decir. Lo tendré en cuenta para futuras entradas, ya veré si suprimir las fotos o elegirlas mejor.
Saludos
La verdad es que sí que refleja mucha soledad... curiosamente leí ayer un reportaje sobre el declive de estas salas (sólo hay 6 en toda España). Lo más triste es que, haciendo caso al reportaje, tu personaje puede que hasta tenga en riesgo su trabajo....
ResponderEliminarEn efecto virginia. Los hay que tienen esas salas como única vía de escape para poder satisfacer sus instintos, aunque por suerte para ellos la cosa está cambiando mucho en los últimos tiempos.
ResponderEliminaren cuando al número de salas no sé las que quedarán pero en Madrid sólo sobreviven tres de ellas. Os dejo un enlace de una entrada en mi otro blog en el que precisamente hablaba de esas salas
http://madridfotoafoto.blogspot.com/2008/02/madrixxx.html
Saludos
recordé un cine "de esos" en este lado del atlántico. según la leyenda negra había 1 pasillo largo cuya pared tenia orificios circulares a la altura de la cintura de una persona promedio. nunca comprendí la utilidad d tales orificios... hasta los 14 años (no por experiencia propia, aclaro jejeje).
ResponderEliminarsaludos, a mi si me gustó el relato.
Cada uno se refugia donde quiere o donde puede, yo tenía una tía que se iba al cine a dormir la siesta, y después veía la película, ¡qué horror!, cuatro horas sentada sin moverse, demasiado para mis nervios.
ResponderEliminarUn beso, Miguel.
Médico del Alma en algunos casos esa leyenda negra tenía más de realidad que de leyenda. Lo de los orificios quedó claro, jeje.
ResponderEliminarIrene cada uno se busca el mejor sitio para dormir. Si a ella le venía bien y encima nadie le "molestaba", todos contentos.
Saludos