miércoles, 27 de mayo de 2015

La llamada de las nueve


Desde que Dolores se fue, su única compañía era el trabajo. Hace medio año tuvo que jubilarse y el miedo a morir solo comenzó a angustiarle. Entonces convenció a Antonio, un antiguo compañero, para que le telefoneara a diario; siempre a las nueve. Dejaba que sonara, descolgaba y volvía a colgar. Con eso era suficiente.

Anoche no sonó. Al comprobar que había línea los temblores y la asfixia le impidieron dormir. Hoy ha sabido que Antonio había fallecido. Un dolor agudo en el pecho le ha paralizado cuando, a las nueve en punto, el teléfono ha vuelto a sonar. 

4 comentarios:

  1. Me gusta la idea, pero ¿Podrías cuidar un poco más las terminaciones en ó
    (jubiló,, comenzó, convenció ) y en aba (dejaba, descolgaba , colgaba...)
    En prosa , y en tan poco espacio, resulta muy reiterativo.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por el apunte, me parece muy acertado. Voy a darle una vuelta, a ver si se puede mejorar.

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  2. Hay actos cotidianos que llenan la estancia; el apunte final es certero pues persistir en nuestra compañía con los muertos además de producir tristeza da tambiñén miedo.... https://fragmentsdevida.wordpress.com/2015/06/08/yo-y-los-demas-63-el-telefono/

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  3. Hay actos cotidianos que llenan la estancia; el apunte final es certero pues persistir en nuestra compañía con los muertos además de producir tristeza da tambiñén miedo.... https://fragmentsdevida.wordpress.com/2015/06/08/yo-y-los-demas-63-el-telefono/

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